En las elecciones de Japón de este fin de semana, la coalición de Shinzo Abe y Komeito en Japón ganó más de dos cuartos en la Cámara baja, un margen que superó el logrado en las elecciones llevadas a cabo hace 2 años. El Partido Liberal Demócrata habría obtenido entre 275 y 306 escaños, mientras que Komeito habría logrado entre 31 y 36 diputaciones, en promedio se cree que la coalición habría logrado 325 escaños, lejos de lo que el Partido Democrático de Japón, el principal opositor, habría obtenido (alrededor de 75).
Los resultados de las elecciones dejan el camino propicio para que Abe continúe con sus reformas económicas para sacar a Japón del letargo deflacionario que ha aquejado al país asiático. Recordemos que Abe tomó protesta en diciembre de 2012, y desde entonces ha llevado a cabo una política fiscal expansionista junto con nuevos estímulos monetarios para llevar al Yen a un mínimo de 7 años, con la intención de hacer más atractivas las exportaciones y reactivar el gasto personal.
El 18 de noviembre pasado, Shinzo Abe decidió disolver la Cámara baja y aplazar un año y medio el segundo incremento al impuesto sobre el consumo (el cual tuvo su primer incremento en abril pasado de 5% a 8%), después de que Japón cayera 1.6% en términos anualizados durante el tercer trimestre del año. Después de que su estrategia tripartita “Abenomics” hubiese tenido un temprano éxito, en los últimos meses ha venido a menos debido a que el balance fiscal se ha desgastado y el impacto de los impuestos ha golpeado al consumo más de lo que ha beneficiado a las arcas del gobierno. Además, un segundo incremento al IVA hubiera terminado por arruinar el avance conseguido hasta ahora.
En lo que va del año, la inflación central (aquella que excluye comida fresca) ha dado un salto importante, en enero de 2014 se ubicaba apenas en 1.30% pero para el mes de noviembre, la inflación fue de 2.9% gracias a un salto importante durante el mes de mayo ocasionado por la entrada en vigor del incremento al IVA. Sin embargo, la caída en los precios del petróleo tendrán un efecto negativo en la inflación en los próximos meses, por lo que estas elecciones eran clave para seguir sumando esfuerzos por parte del equipo económico de Abe para mantener a flote a la tercera economía más grande del mundo, en un contexto político complicado pues la aprobación del gabinete de Abe ha caído a 42% desde un máximo de 70% en abril.
La estrategia económica de Shinzo Abe consiste en estímulos fiscales, una política económica expansionista y reformas estructurales, en especial en materia energética.