El consumo privado es lo que mantiene a la economía mexicana a flote. Pero además, parece ser que son las familias humildes las que están propiciando el rebote del gasto de consumo, sobre todo en bienes básicos, de primera necesidad. Ese incremento del gasto por parte de las familias más necesitadas viene alentado por la fuerte entrada de remesas familiares, cuyo valor en pesos se ve magnificado por la depreciación de la moneda mexicana. Así parece atestiguarlo tanto el comportamiento de las mejores acciones del IPyC como los datos macroeconómicos.
Ése es el tema que se aborda hoy en nuestra última colaboración en el diario Excélsior, texto que puede leer íntegramente aquí, o en su versión impresa en la sección de Dinero de dicho diario.